viernes, 23 de septiembre de 2016

mi bebe de 3 meses ¿en crisis de lactancia?

Sin duda la pregunta estrella de los talleres de lactancia y motivo de visita habitual en las consultas de pediatría.

Seguramente tu bebé tiene al rededor de los tres meses y:


  • Ya no suele pedir pecho tan a menudo, y surgen las dudas: ¿tiene hambre, no quiere comer, está malito o por qué rechaza el pecho?.
  • Realiza tomas cortas, se engancha y se desengancha como si se quedara con hambre, se distrae con cualquier cosa.
  • Los pechos han cambiado, ya no están tan voluminosos antes de las tomas, no gotean leche y se quedan blandos aumentando  nuestra sensación de "seguro que ya no tengo leche suficiente". 
  • Disminución del número de deposiciones del bebé.
  • Progresión adecuada de peso dentro de su percentil.
  • Tu bebé está contento, tiene buen aspecto.
El pediatra Carlos González definió a esta situación en "un regalo para toda la vida", crisis de lactancia, debido a la crisis que producía esta situación de inquietud en la madre. En otras publicaciones lo denominan brotes de crecimiento.

A lo largo del periodo de lactancia desde que nace el bebé están descritos varios episodios de este tipo, los más característicos entorno a los 15 días, el primer mes y sobre todo, el más llamativo es entorno a los tres meses.

Básicamente lo que ocurre es que a lo largo de todo el proceso de crecimiento del bebé se van aumentando los requerimientos de nutrientes y con ello demandan más leche. Para aumentar la producción láctea los lactantes aumentan el número de tomas. A veces estos momentos pasan desapercibidos, pero casi siempre entorno a los tres meses suele ser significativo este periodo, porque el bebé a lo largo de esos tres meses de lactancia ya es un experto succionador, que no necesita más que unos minutos para vaciar el pecho de leche. La mama ya ha regulado su producción de leche, por lo que no tenemos la sensación de pecho lleno o vacío ni se eyecta generalmente leche por el pezón como antes.

Y aquí es cuando surge la duda: ¿qué puedo hacer?
Y yo preguntaría, ¿qué quieres hacer? ¿quieres seguir con lactancia materna de manera exclusiva?

Si tu respuesta es sí, quiero continuar con lactancia materna todo el tiempo que pueda, entonces debes en primer lugar CONFIAR EN TI, en el bienestar de tu bebé y conocer que esta situación se resuelve espontáneamente con paciencia, lactancia materna a demanda y falta de sueño básicamente, porque aumentarán las tomas nocturnas. Probablemente verás la luz al final del túnel entorno a las 2-4 semanas del inicio de este proceso.

Si por el contrario estás cansada, para ti tres meses de lactancia materna son más que suficientes y tu pediatra te ha dicho "eso es que se queda con hambre, prepara un biberón". En este caso lo más probable es que empieces una lactancia mixta que en muchos casos será el comienzo del fin de la lactancia materna a la larga, porque al suplementar o suprimir tomas, dejas de producir lo que el bebé habría demandado aumentando más número de tomas.
Es una opción también, pero creo que aquellas madres que desean dar a su hijo leche materna al máximo deberían conocer que hay otra opción más allá de la de dar un biberón, porque con ello, no vais a resolver el "bache, crisis de lactancia o brote de crecimiento", esto es ajeno al tipo de leche que ingiera, es algo inherente a su proceso de crecimiento. Desafortunadamente esta situación es muy habitual en las consultas de pediatría, aun quedan muchos pediatras de la antigua escuela que son más de fórmula que de pecho y que no estan ni formados ni concienciados en la promoción de la lactancia materna.
Por tanto mi sugerencia en este punto es continuar con el pecho a demanda como antes comentaba. No pasa nada porque el bebé haya tomado varios biberones y vuelvas a una lactancia en exclusiva, es la más barata, la que mejor se digiere, la que mejor previene contra la obesidad, que más rica sabe y un sin fin de ventajas más que acabarían con este blog.
Además evitarás episodios de regurgitación por rebosamiento, muy frecuentes al iniciar el biberón, porque el bebé no distingue la sensación de saciedad muchas veces haciendo que la ingesta llegue a superar la capacidad de llenado del estómago. 

Como es la madre la que está en crisis, en sus manos está la solución: deje de preocuparse, y ya no hay crisis. Pecho a demanda (y eso incluye dejar que suelte el pecho cuando lo quiera soltar) y nada de biberones.

Carlos González, "Un regalo para toda la vida".

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