viernes, 23 de septiembre de 2016

¡Cuna no!, cama de Papá y Mamá ¡SÍ!

Con lo a gustito que se duerme entre Papá y Mamá...¿por qué iba nuestro bebé a preferir dormir solo en una cuna fría y alejada de sus progenitores?
¿Habeis experimentado ya el coloquialmente denominado "síndrome de la cuna de pinchos?
Probablemente si estás leyendo este post la respuesta a la pregunta anterior sea afirmativa y tu bebé, al intentar acostarle en su cuna tras quedarse plácidamente dormido en los brazos de su madre o padre, tras el simple roce de su cuerpo con las sábanas se habrá transformado en "Chuky" para nuestra desgracia comenzando el fin de nuestra paz e inicio de sueño.
Si lo que queremos es reconducir el hecho de que nuestro hijo acabe a diario pasa por iniciar una rutina que el bebé poco a poco vaya asimilando.
Una vez más la clave, como casi todo en la crianza de los hijos, radica en la PACIENCIA y la CALMA. Este proceso es una carrera de fondo donde un día tras tiempo indeterminado (siento no poder ser más concisa, pero es así, cada niño y familia son un mundo) de seguir unas sencillas pautas el bebé como por arte de magia de repente un día ¡chas! LO CONSIGUIÓ. 

EN BEBÉS

  • Después de que el bebé se haya dormido, generalmente en brazos o al pecho tras la toma, lo mantengáis con vosotros en una postura cómoda para ambos el tiempo necesario hasta que sintáis que la respiración del bebé es profunda y está plácidamente dormido.
  • Como en ocasiones lo que les despierta al acostarle en la cuna es el cambio de temperatura entre las
    sábanas y el pecho de Mamá o Papá, podéis cubrir al bebé con una muselina de algodón y sobre esta acostarle en la cuna. 
  • En recién nacidos los primeros meses puede ser muy útil con esta misma muselina envolverles a modo de paquete a los bebés les suele calmar mucho porque se sienten recogidos. 
  •  Realizar un nido de contención, que delimite la cuna. Podéis emplear toa
    llas y cubrirlas con una sábana. Este método se emplea mucho en unidades neonatales para que el bebé se sienta más recogido, mantenga su posición natural de flexión estilo fetal y sienta límites tanto en cabeza como pies dándole seguridad.
  • Emplear un doudou o muñeco de apego que huela a sus papás. Esto varía mucho según cada niño, los hay que una vez que se apegan a su muñeco es un drama alejarlos de él y los hay que no lo quieren ver ni en pintura. Nuestra hija fue un término medio entre indiferencia inicial, ligero apego y ahora con 21 meses está en la fase de echarlos de la cuna. Ya descubriréis de que estilo es vuestro hijo.

Respecto a la recomendación que aparece en muchas guías sobre el tema del sueño, sobre el hecho de acostarle medio dormido para que se aprenda a dormir solo, para mí fue una utopía, nos costó mucho llegar a ello porque no conseguíamos que no llorara con este método y lo que sí tenía claro era que no quería que llorara sin fin hasta que de agotamiento y tristeza se durmiera. 
Pero ánimo a cualquiera que lo probéis, me parece buena idea (sin llanto, claro), aunque reconozco que yo me rendí. A lo mejor no tuve la suficiente paciencia...puede ser, pero no me arrepiento de ello, porque cada mañana que por agotamiento, la niña se despertaba a nuestro lado nos llenaba de felicidad y qué decir tiene de los días que decía ¿mami?Papi? y nos daba un beso y un abrazo de buenos días. En esos momentos pensaba ¡¡Viva el colecho reactivo!! (término que escuché por primera vez en un curso sobre alteraciones de alimentación en el Hospital Niño Jesús, a una pediatra que hablaba del sueño, y que lo definía como padres que terminan acostando al bebé en su cama  como solución al problema de no poder dormir al niño, reaccionando así ante una situación de falta de control del sueño)

Entre todos los métodos que empléis, estos u otros, creo que lo más importante es la constancia en el hecho de acostar al bebé en su cuna, las veces que sean necesarias siguiendo la rutina:
1. Consolarlo: muchas guías os dirán que lo hagais desde la cuna, evitando coger al niño, así, en la distancia. Yo pocas o casi nunca he podido hacerlo, entre otras cosas porque se me partía el alma. Soy partidaria de cogerlo, acunarlo, acariciarle, darle besitos, susurrarle...para calmarle. Si os ve hacer esto vuestra abuela os dirá "¡estás malcriando al niño! que se va acostumbrar a los brazos". No debemos olvidar que estás cosas nos las dicen con cariño y pensando que es lo mejor, aunque en aquellas épocas la filosofía era la de hacer a los hijos fuertes, para que sepan lo dura que es la vida, con escasos signos de cariño.
2. Tenerlo en brazos hasta que esté completamente k.o.
3. Volverlo a acostar en la cuna siguiendo las recomendaciones anteriores. 

Este proceso es duro, requiere muuucha paciencia y sobre todo estar descansado. Siendo realistas esto se aplicará cuando sea posible, siempre anteponiendo el desanso de los padres y siendo conscientes de lo complicado que resulta la conciliación familiar y laboral en estos momentos. 
Habrá días que se de mejor, otros peor, no pasa nada, asumir la situación, es así, es parte de la crianza y con ello evitareis muchas frustraciones. Porque el día que no está malo, le está saliendo un diente, o está estreñido ... es muy frecuente que haya situaciones que incomoden al niño y lo haga despertarse por la noche. 
¡¡¡Mucho ánimo!!!

EN NIÑOS MAYORES

 En construcción...

mi bebe de 3 meses ¿en crisis de lactancia?

Sin duda la pregunta estrella de los talleres de lactancia y motivo de visita habitual en las consultas de pediatría.

Seguramente tu bebé tiene al rededor de los tres meses y:


  • Ya no suele pedir pecho tan a menudo, y surgen las dudas: ¿tiene hambre, no quiere comer, está malito o por qué rechaza el pecho?.
  • Realiza tomas cortas, se engancha y se desengancha como si se quedara con hambre, se distrae con cualquier cosa.
  • Los pechos han cambiado, ya no están tan voluminosos antes de las tomas, no gotean leche y se quedan blandos aumentando  nuestra sensación de "seguro que ya no tengo leche suficiente". 
  • Disminución del número de deposiciones del bebé.
  • Progresión adecuada de peso dentro de su percentil.
  • Tu bebé está contento, tiene buen aspecto.
El pediatra Carlos González definió a esta situación en "un regalo para toda la vida", crisis de lactancia, debido a la crisis que producía esta situación de inquietud en la madre. En otras publicaciones lo denominan brotes de crecimiento.

A lo largo del periodo de lactancia desde que nace el bebé están descritos varios episodios de este tipo, los más característicos entorno a los 15 días, el primer mes y sobre todo, el más llamativo es entorno a los tres meses.

Básicamente lo que ocurre es que a lo largo de todo el proceso de crecimiento del bebé se van aumentando los requerimientos de nutrientes y con ello demandan más leche. Para aumentar la producción láctea los lactantes aumentan el número de tomas. A veces estos momentos pasan desapercibidos, pero casi siempre entorno a los tres meses suele ser significativo este periodo, porque el bebé a lo largo de esos tres meses de lactancia ya es un experto succionador, que no necesita más que unos minutos para vaciar el pecho de leche. La mama ya ha regulado su producción de leche, por lo que no tenemos la sensación de pecho lleno o vacío ni se eyecta generalmente leche por el pezón como antes.

Y aquí es cuando surge la duda: ¿qué puedo hacer?
Y yo preguntaría, ¿qué quieres hacer? ¿quieres seguir con lactancia materna de manera exclusiva?

Si tu respuesta es sí, quiero continuar con lactancia materna todo el tiempo que pueda, entonces debes en primer lugar CONFIAR EN TI, en el bienestar de tu bebé y conocer que esta situación se resuelve espontáneamente con paciencia, lactancia materna a demanda y falta de sueño básicamente, porque aumentarán las tomas nocturnas. Probablemente verás la luz al final del túnel entorno a las 2-4 semanas del inicio de este proceso.

Si por el contrario estás cansada, para ti tres meses de lactancia materna son más que suficientes y tu pediatra te ha dicho "eso es que se queda con hambre, prepara un biberón". En este caso lo más probable es que empieces una lactancia mixta que en muchos casos será el comienzo del fin de la lactancia materna a la larga, porque al suplementar o suprimir tomas, dejas de producir lo que el bebé habría demandado aumentando más número de tomas.
Es una opción también, pero creo que aquellas madres que desean dar a su hijo leche materna al máximo deberían conocer que hay otra opción más allá de la de dar un biberón, porque con ello, no vais a resolver el "bache, crisis de lactancia o brote de crecimiento", esto es ajeno al tipo de leche que ingiera, es algo inherente a su proceso de crecimiento. Desafortunadamente esta situación es muy habitual en las consultas de pediatría, aun quedan muchos pediatras de la antigua escuela que son más de fórmula que de pecho y que no estan ni formados ni concienciados en la promoción de la lactancia materna.
Por tanto mi sugerencia en este punto es continuar con el pecho a demanda como antes comentaba. No pasa nada porque el bebé haya tomado varios biberones y vuelvas a una lactancia en exclusiva, es la más barata, la que mejor se digiere, la que mejor previene contra la obesidad, que más rica sabe y un sin fin de ventajas más que acabarían con este blog.
Además evitarás episodios de regurgitación por rebosamiento, muy frecuentes al iniciar el biberón, porque el bebé no distingue la sensación de saciedad muchas veces haciendo que la ingesta llegue a superar la capacidad de llenado del estómago. 

Como es la madre la que está en crisis, en sus manos está la solución: deje de preocuparse, y ya no hay crisis. Pecho a demanda (y eso incluye dejar que suelte el pecho cuando lo quiera soltar) y nada de biberones.

Carlos González, "Un regalo para toda la vida".

jueves, 22 de septiembre de 2016

¡Pelo NO!: Mi hijo tiene miedo al peluquero

Algunos niños tienen pánico a cortarse el pelo. Este miedo puede tener diferentes causas: la sensibilidad táctil que sienten cuando el pelo le cae en su cuerpo, el ruido de las tijeras, el secador o la maquinilla eléctrica, el miedo a un estímulo peligroso como las tijeras, etcétera.
En estos casos lo que podemos hacer es lo que se denomina técnicamente una desensibilización sistemática, se utiliza para abordar miedos o fobias presentes en situaciones concretas y a diferentes lugares, para reducir las respuestas de ansiedad extinguiendo la respuesta de miedo o temor convirtiéndola en una respuesta agradable para el niño.
En el caso que nos atañe podríamos emplear estos tres pasos:
1. Observa mediante el role-playing 
El primer paso es proponer al niño jugar a los peluqueros. Le anticipamos de forma visual que vamos a jugar a los peluqueros. El objetivo es averiguar qué aspectos relacionados con la peluquería le gustan y cuales no le gustan o incluso le causan temor.
Para el role-playing sacaremos un peluche o una muñeca, unas tijeras, una máquina de cortar pelo o afeitar, un difusor con agua, un secador, una capa, un peine… Hay que poner la imaginación a volar e intentar pasarlo genial representando una escena lo más realista posible.
A continuación dejaremos que el niño/a juegue y explore a su gusto. Podemos ir animándolo a que haga ciertas cosas: “Juan, mira como corta mamá/papá el pelo al perrito…” “ Vamos a ponernos la capa”…
En un Registro anotaremos qué elementos no le han gustado, algunos pueden ser:
  • El ruido del secador
  • Tocar el pelo
  • Ponerse la capa
  • El pelo mojado
  • El ruido de la máquina de cortar el pelo
  • Las tijeras
Esta actividad la repetiremos durante varios días, el primer objetivo es realizar un análisis para extraer conclusiones. El segundo objetivo es conseguir que jugar a peluqueros sea algo divertido.
Podemos implicar a los hermanos en este campo y que sean ellos los que jueguen con el niño.
2. Extrae conclusiones
El segundo paso de la desensibilizacion sistemática consiste en extraer conclusiones a partir de las observaciones realizadas, por ejemplo:
Observación
Conclusión
Le molesta el ruido de maquinilla pero sí le gustan las tijeras
Le cortaremos el pelo con tijeras
No le gusta notarse el agua caer en el pelo
No lavar pelo en el lavacabezas. Utilizar un difusor de agua.
No le gusta ver el pelo caer
Intentaremos poner una capa que recoja el pelo.
Todas estas conclusiones se las daremos a conocer a la peluquera antes de llevar al niño por primera vez. Puede ser positivo visitar la peluquería con antelación para que el niño se familiarice con el entorno.
3. Habituación a la peluquería
La última fase del programa de desensibilización sistemática es la habituación. Esta fase dependerá del ritmo del niño, puede durar desde dos semanas a dos meses. No nos importa el tiempo de duración, hay que ser pacientes.
Para ello seguiremos los siguientes pasos:
  1. Vamos a la peluquería a conocer el peluquero. Solo entraremos y saludaremos. Después le daremos un reforzador como puede ser ir al parque o jugar a aquello que más le guste. Evitaremos en todo momento los reforzadores con golosinas y
    alimentos (por el bien de su salud bucodental).
  2. El siguiente día de peluquería, podemos  dejar que explore y se familiarice con el entorno y si está receptivo podemos sentarlo en la silla. Podemos reforzar esta acción diciéndole lo chula que es la silla que sube y baja, como la de los astronautas, añadiéndole un poco de juego al asunto y que el niño sea capaz de imaginarse algo realmente divertido.
  3. En la siguiente excursión a la peluquería además de sentarnos a jugar nos ponemos una capa durante el tiempo de juego, como la de los superhéres.
  4. En el quinto paso es el momento de peinarle y tocarle el pelo. Empezaremos con poquito tiempo y se irá incrementando con los días. En este paso también podemos simular que cortamos con los dedos o incluso con la tijera pero por encima.
  5. Una vez conseguido este paso podemos añadir el de lavar la cabeza o mojar el pelo.
  6. Es el momento de que le muestres vídeos de otros niños cortándose el pelo o incluso acompañar a algún familiar a la peluquería a cortárselo mientras él observa sentado en la silla.
  7. El último paso es cortar el pelo, bien con tijera o máquina. Lo que mejor tolere el niño. Propongo hacerlo en dos o tres días ya que a veces el tiempo de espera es elevado. Es muy importante que el niño tenga algo que le guste mucho en ese momento y que si se siente angustiado paremos.
Este proceso se puede acortar si vemos que el niño va superando satisfactoriamente las etapas, así como alargando si vemos que los miedos continúan.

LO QUE NUNCA DEBEMOS HACER ANTE UNA FOBIA

1.      Impedir físicamente que el niño se aparte o huya del estímulo fóbico: Usar la fuerza física para que el niño se exponga ante el estímulo fóbico con la idea de que si se enfrenta al miedo se dará cuenta de que es inofensivo y superará el miedo hará que el niño tenga más ansiedad y lo más probable es que intensifiquemos la fobia.
2.      Dar argumentos y explicaciones para solucionar el problema: Las fobias son irracionales e impermeables y resistentes a las argumentaciones y charlas explicativas. Explicarle a un niño con tranquilidad y paciencia que no le va a pasar nada no suele hacer desaparecer las manifestaciones de miedo y angustia.

3.      Perder la paciencia: Cuando las fobias interfieren en la rutina familiar, limitan actividades cotidianas y afectan directa o indirectamente a otros miembros de la familia, puede ser complicado mantener la calma y ser pacientes ante las exigencias irracionales del niño. Enfadarse, castigar o terminar infravalorando el miedo empeorará el problema, Eliminar el miedo ante un programa de desensibilización sistemática o aproximaciones sucesivas al  estímulo fóbico es un proceso lento que exige a los adultos ser sistemáticos y pacientes para que los esfuerzos sean recompensados.
4.      Dejar que el miedo sirva como excusa para evitar otras situaciones menos atractivas: A veces sin ser conscientes de ello podemos estar reforzando estas situaciones de miedo y ansiedad aportando beneficios adicionales al niño ante las fobias. Por ejemplo dejar que el niño se acueste en la cama de los padres si tiene miedo por las noches. Ante esta actuación el niño aprenderá que mostrando miedo y ansiedad no sólo evitará tener que enfrentarse a lo que no le gusta, sino que obtiene algo muy gratificante  y podría ocurrir que el miedo se convirtiese en una excusa para evitar cualquier situación poco atractiva y que el niño ampliase sus fobias. Evitar que el niño se enfrente al estímulo que teme es el primer paso de cualquier programa dirigido a superar las fobias, pero la retirada o alejamiento de la situación se debe hacer pensando en todas las consecuencias adicionales y asegurándose que el niño no obtiene refuerzo por su miedo.
5.      Utilizar la fobia como broma o amenaza: debemos evitar frases como “a que te corto el pelo” como broma sarcástica O EL “COMO NO HAGAS ESTO…TE LLEVO A LA PELUQUERÍA”, si utilizáis frases así será bastante complicado atajar esta situación.
6.      Cortarle el pelo mientras duerme: de esta manera sólo lograreis rebajar la longitud del pelo, pero estaréis parcheando el problema y evitando resolver el miedo que tiene el niño.
7.      Restar importancia a su miedo: frases como “pero si no hace nada”, “¿ves como no duele al cortar el pelo? No hay que tenerle miedo”. El miedo es una emoción habitual que nos protege al evitar situaciones de peligro. Conviene comprender el miedo del niño, aceptarlo y no quitarle importancia, porque de esta manera el niño. 
8.  Evitar anticipar mucho las situaciones que causan miedo ya que pueden despertar inquietud y nerviosismo, por lo que situaciones como "Pedro, vete preparando que mañana vamos al peluquero" igual no son la mejor idea.

A QUÉ PELUQUERÍA IR
Hoy en día hay peluquerías infantiles de todo tipo, con coches en lugar de sillones, con pantallas conectadas a canales de TV infantiles, con juguetes, mesas para pintar, etc. Esto es una gran idea para que el niño se sienta más a gusto en un medio más lúdico.
Lo importante realmente no es la peluquería en sí elegida, sino seguir el proceso antes mencionado, porque el camuflar el mobiliario puede ayudar algo, pero no acaba por resolver la situación de miedo al peluquero en cuestión.
Sí creo que puede ser positivo ir al peluquero de confianza que vaya la familia, para que conozca al niño y sea paciente con la situación, sobre todo en las primeras etapas que podemos aprovechar las visitas al peluquero de los padres o hermanos para que el niño se vaya familiarizando con el entorno.

Merece la pena armarse de paciencia para resolver este miedo porque con ello le estaréis dando al niño herramientas para enfrentarse a sus miedos en el futuro y aprender a superarlos.


Los programas de desensibilización sistemática permiten afrontar las diferentes situaciones estresantes para vuestros hijos de una forma tranquila y positiva. Nunca se debe forzar al niño a exponerse a dicha situación ya que aumentará la aversión. Tampoco es aconsejable en ningún caso utilizar técnicas similares a la terapia de choque, buscamos experiencias positivas y exitosas.
Dependiendo de la comprensión del niño y de su edad podemos acompañar las explicaciones con cuentos personalizados, vídeos, fotografías  con el fin de disminuir sus temores.
Recuerda mantener la calma y ser paciente, pero sobretodo confiar en tu hijo sin adelantarte a su ritmo. Lo demás ya lo sabes porque nadie mejor que TÚ conoce tanto a tu hijo.
¡¡¡¡¡Ánimo y todos a la peluquería!!!!
Infografía: Pictogramas de ARASAAC; Les Pictogrammes.